Hablaba yo, el otro día (bueno, ayer...), de que con la moda del particionado GUID (GPT) y la sustitución de la BIOS por su equivalente para este tipo de particionado, la UEFI, había que ‘renovar’ algunas ideas que siempre consideré ‘de toda la vida’, como la de instalar el GRUB para tener un arranque dual, sobre todo cuando anda por medio un Windows.
Visito diariamente el foro Ubuntu.es (que es de los pocos que está algo animado) y ahí se ve, con bastante frecuencia, que muchos usuarios que quieren seguir manteniendo un Windows 8, o el 10, e intentan instalar Ubuntu para tener un arranque dual, piden ayuda porque, aun diciendo que, además de anular lo del Secure Boot, instalan todo correctamente, al reiniciar les arranca directamente el Windows, sin dar la opción de elegir entre Windows o Ubuntu, o sea, como si no existiese el Linux.
Puede ser que sea un problema derivado de lo que ayer decía aquí al hablar de la BIOS (y su MBR) y la UEFI (y su partición EFI). Así que, por lo que he leido sobre el tema, me apetece escribir una entrada sobre ello, que en el fondo complementaría lo anterior.
(Bueno, dos cuestiones previas: una, que no se hasta qué punto fiarme de esos usuarios, en ese foro suele aparecer windowseros con mínimos conocimientos básicos de Linux, y a saber lo que hacen. Y otra, que todo lo que voy a decir aquí es ‘pura teoría’, porque yo no uso Windows (me quedé en el Win XP). Pero por aquello de que ‘nunca has de decir que de este agua no beberé’, voy a ver si centro algunas ideas, y soluciones… por si acaso).
Todo hace suponer que el problema tiene su origen en lo que decía ayer del posible rechazo de algunas UEFIs a aceptar el GRUB como sistema de arranque, y forzar la selección, en la partición EFI que contiene los programas de arranque, del Windows Boot Manager, o como se llame.
La solución que dan, en Ubuntu, es la de instalar el paquete ‘Grub-repair’ y una vez instalado, ejecutarlo (que digo yo que para eso, antes, tendrían que arrancar su Ubuntu, bien con SuperGrub2 o con cualquier otro sistema). Entonces, en la pestaña de ‘Opciones avanzadas’, desmarcar la opción secure boot y dejar seleccionada (si no lo estuviese) la opción ‘Purgar grub’.
Luego dar al botón aplicar y seguir las instrucciones que te vaya dando la aplicación, que se ejecutan, al parecer, desde terminal. Y así, mas o menos, lo arreglas y, tras reiniciar, te aparecerá ya el GRUB, y el arranque dual.
Pero resulta que ese paquete ‘Grub-repair’ es un paquete específico de Ubuntu… y no está en los repositorios de Debian.
No problem… un buen forero (chileno, para más señas) presentó aquí otra solución, que parece que funciona, y que consiste en ir directamente al meollo del asunto, a esos archivos de la partición especial ‘EFI’, y hacer ahí, manualmente, el ‘apaño’. Lo explicó ‘paso a paso’, para torpes, por lo que, tras ‘pre-digerirla’, la transcribo aquí, porque es lo que un debianita, si no quiere instalar cosas ajenas a Debian podría, entiendo que perfectamente, hacer.
Y es esto:
Primero: arrancas el PC e inicias la BIOS (o sea, la UEFI) con la tecla correspondiente ( F1, F2, F10, F12…)
Segundo: una vez abierta, vas a la pestaña ‘Security’. Aquí, donde dice ‘Set supervisor Password’ introduces, si el fabricante te la ha proporcionado, la contraseña (o (supongo) lo dejas como está, claro)
Tercero: Ahora vas a donde dice ‘Set an UEFI file as trusted for executing’ (o sea ‘establecer un archivo UEFI como confiable para ser ejecutado’) y das al ENTER. Entonces te aparecerá la lista de los discos de tu PC, seleccionas en donde están instalados tus sistemas operativos y vuelves a dar ENTER
Cuarto: te debe aparecer una opción llamada EFI. Ábrela con ENTER y te aparecerán los nombres de los directorios en donde están los archivos de arranque. Seleccionas el que dice Ubuntu (o la distro que sea) y otra vez a ENTER.
Quinto: este es el paso importante: tras el último ENTER te aparecerán los archivos de arranque de tu distro Linux. Lo que tienes que hacer es seleccionar el archivo que pone (presumiblemente...) shimx64.efi. Y, para que no te líes, lo mejor es que le cambies de nombre, así que, con un nuevo ENTER se te abrirá un cuadro donde debes asignarle un nombre. Llámalo, por ejemplo, GRUB.efi.
Sexto: y solo te queda reiniciar de nuevo el PC, y volver a entrar en la UEFI. Ahora vas a la pestaña ‘Boot’ Una vez en ella, debería aparecer en la lista tu archivo con el nombre que asignaste. Entonces debes ponerlo como primera prioridad, y al Windows Boot Manager, lo pones de segundo.
Y listo, ya debería funcionar el Grub, y el arranque dual.
Así que esto es todo lo que se me ocurre decir para el (hipotético) caso en que me compre un nuevo ordenador con particionado GPT, UEFI en lugar de BIOS y un Windows 10 preinstalado que, de entrada, quiera conservar… al menos mientras ‘el Estado del Arte’ no avance algo más y ya sea más fácil instalar Debian en esas condiciones y que el GRUB tome, directa y automáticamente, el mando.
Por cierto, una importante recomendación final: por pura seguridad, incluso por si un día, ‘a lo tonto’, se eliminase la partición EFI que, en estos casos, sustituye al viejo MBR, y se pudiese originar algún lío gordo, yo lo primero que haría, antes de meter mano a nada, es crear, con Clonezilla, una imagen de esa partición EFI ‘como viene de fábrica’, para poder, en su caso, restaurarla y volver a la situación original.
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