Ya estamos tocando con los dedos el mes de julio, acaba (en estas latitudes) de empezar el verano, yo ya llevo siete u ocho buenos baños en el norteño mar Cantábrico, me traslado de la ciudad de Oviedo a mi pueblo costero… y mucho me temo que este Blog va a quedar bastante ‘al pairo’ mientras dure el ‘dolce far niente’ estival.
Y me marcho con tres ideas que rondan mi mente…
La primera se refiere al famoso coronavirus, o COVID-19
Salimos, en España, de un confinamiento de casi 100 días, y entre esto, que ha producido un gran relajo, y el ‘desmadre veraniego’, ya se está hablando de repuntes del virus en (en este momento) 40 localidades españolas. También hay repuntes importantes en varios paises europeos, como Alemania, Portugal, Italia… con los que, habitualmente, interactuamos y, con la apertura de vuelos intercontinentales (y el pésimo control de las autoridades españolas, en Madrid-Barajas, con 60 millones de pasajeros al año, solo hay toma de temperatura y examen visual… cuando se dice que cerca del 70% de los infectados por coronavirus lo cursan ‘asintomáticamente’… y para eso están los tests PCR, rápidos y baratos) me hace temer que (como mal menor) volveremos a los confinamientos… Así que espero que no me coja en mi pueblo, y tenga que estar encerrado, allí, otros 100 días más… que yo soy ‘urbanita’.
¿Y qué tienen que ver estos pensamientos con Linux, y la informática…?
Pues hay una razón muy sencilla: porque, como siempre se dijo al hablar de los virus informaticos, tendremos que meternos en la cabeza, aunque sea a martillazos, la idea de que 'el mejor antivirus es… el propio usuario'.
Así que la mejor forma de no contagiarnos (ni extender el contagio) es responsabilizándonos ¡Todos…! en tomar medidas preventivas, como lavarnos o desinfectarnos muy a menudo las manos, usar mascarilla (‘ponete el barbijo’, que diría un argentino…) y no frecuentar sitios ‘peligrosos’, ni bares aglomerados, ni festejos masivos...
El segundo pensamiento ya es puramente informático
Acabo de leer (y lo apunto aquí, para recordarlo) que, dentro del paquete ‘coreutils’, que es una pequeña utilidad de GNU que contiene muchas pequeñas herramientas, o comandos, que en algún momento nos pueden ser útiles y que, por si no se instalase automáticamente, conviene hacerlo, para lo que basta un simple
sudo apt install coreutils
hay una, que se llama numfmt que nos permite conocer el tamaño real ‘efectivo’ (en gigas) de los soportes de almacenamiento, con…
numfmt --from=si --to=iec --format="%.1f" --round=down Tamaño_Comercial
(el tamaño comercial (o teórico), en K, G o T, y OJO, en mayúsculas. Por ejemplo, el mandato...
numfmt --from=si --to=iec --format="%.1f" --round=down 500G
produce 465,6 G)
Bueno, por facilitar las cosas, en la imagen adjunta se pueden ver algunos ejemplos típicos
Y el tercer pensamiento… es que es de que, lo siento, estoy del Windows hasta el mismísimo gorro.
Me explico: siempre he sido acérrimo enemigo de Wine (y similares) para correr en Linux programas de Windows, en vez de ponerte el reto de usar, en Linux, aplicaciones desarrolladas, nativamente, para Linux.
Pero es que, además, parece que me estoy volviendo ‘talibán’, en su día probé, y no me gustaron, los sistemas de instalación ‘flatpak’ y, sobre todo, los ‘snap’ que patrocina Ubuntu, porque es un modo de instalación ‘a lo Windows’, repitiendo el almacenaje de paquetes y librerías similares (en los ‘sandbox’ generados por cada programa). Ni me gusta nada la ‘querencia’ de Canonical a emplear las prácticas de Microsoft… ni la ‘joint venture’ de ambas empresas, con el invento del WSL (Windows SubSystem Linux) y cosas de estas…
Y ahora me cabreo aún más cuando me entero de que hay gente que saca alguna distro (basada en Ubuntu, claro) tuneada (y publicitada) ‘como si fuese un Windows 10’. Por ejemplo, la última que he visto se llama… 'WindowsFX'. Un poco de sentido común, caramba, que, como dice el refrán (bueno, no, la Biblia)… ‘Al César lo que es del César y a Dios… lo que es de Dios’.
Y a Debian, su Enviado a la Tierra, lo que es de Debian.
Felices vacaciones, linuxeros... y OJO con el 'acojonavirus'.
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