martes, 15 de febrero de 2022

¿Hay vida después de Debian...?

La respuesta es, evidentemente, SI. Pero debo aclarar que la pregunta era personal, que lo que me 'auto-pregunto' es, en realidad, si habrá vida después de ‘mi’ Debian, es decir, detrás de mi relación cotidiana con Linux (la distro Debian) que tengo instalada. Y entonces me asalta la duda porque lo cierto es que me he acomodado tanto a su uso que tengo la impresión de tener el mismo ‘feeling’ que los usuarios de Windows, que viven felices en su mundo Win y no se preocupan de más. Vamos, poco menos que lo del Mundo Feliz, de Huxley…

Estas reflexiones existenciales me surgen tras descubrir que cada vez estoy menos interesado (al menos en el 'modo primicia informativa') por las novedades, en general, del mundo Linux, incluso por nuevas experiencias en Debian.
Un ejemplo claro es mi percepción hacia la (tan usada) aplicación LibreOffice: acaba de salir la versión 7.3, y por supuesto que yo, desde los repositorios backports, ya la tengo instalada pero ahora, pensándolo fríamente… ¿Realmente percibo (y disfruto) de las mejoras de esta versión respecto a (por ejemplo) la versión 6.1 (o la 5.2) que usaba, hace menos de 3 años, en tiempos de Debian Buster y/o Debian Stretch?. Pues, aparte de eso tan curioso de poder crear un Código QT con (por ejemplo) la dirección de este Blog (o crear algo en formato *.epub)… en mi uso habitual de la suite ofimática… me parece que no, que no necesito ‘exprimirla’ porque me limito a hacer ‘lo de siempre’ y que la ilusión por actualizarla solo es o una ‘ilusión óptica’, o un ‘acto reflejo’. O sea, en el fondo… ‘versionitis’.
Por seguir con ejemplos, algo similar podría decir del buenísimo ‘lector-agregador de Blogs’ creado por el amigo Victorhck, que todos los días visito… pero que, ya, la mayoría de los temas que recoge me parecen muy lejos de ‘mi ambiente tecnológico’ cotidiano. Así que manteniendo, eso si, el rito de leer las aportaciones de los blogs/blogueros ‘de toda la vida’… cada vez me ocupa (me interesa…) menos.

Claro que esto puede tener una explicación lógica: que es ‘cuestión de edad’, que me voy volviendo viejo, vamos. Lo cual es cierto… pero me niego a considerarlo como única causa.

Porque pienso si no es que (todos… pasadas las 'efervescencias juveniles') tenemos un tope mental (quizás por ‘economicismo racional’…) por el que decimos aquello que se decía en la ruleta… «Rien va plus… !» y nuestra progresión en el conocimiento sobre un tema llega a su ‘punto de estabilidad’ por el que te sientes satisfecho… y no nos compensa seguir profundizando, sino que solo te apetece disfrutarlo… incluso para, quizás, en su momento, pasarlo a un segundo plano ‘vital’.

Volviendo al tema del principio, yo estoy enormemente cómodo con mi ‘inmovilismo’ en el Debian (‘a mi manera’) que tengo instalado, aunque siento que, en el fondo, arrastro cierto cabreo interno por perder el interés por nuevos retos. Esto se nota, singularmente, en mi dedicación a este Blog, que cada vez es más espaciada, porque no me intereso por ‘nuevas aventuras’ a las que dedicar ‘mis neuronas’, para entenderlas y explicarlas.
Mirando hacia atrás, en su día (hace años) navegué por diversos mares: Ubuntu, por supuesto, pero también LinuxMint, Mageia, PCLinuxOS, Manjaro…. Tuve una muy enriquecedora experiencia con ArchLinux, también tonteé con los nuevos paquetes snap, y flatpak… pero todo ello ha quedado atrás, siempre vuelvo a Debian (y al entorno Cinnamon), de manera que, en estos momentos, solo tengo hueco, en mi disco duro, para, junto con mi Debian, tener un Linux Mint (que francamente, me gusta, y además estoy deseando probar, cuando salga, la versión 5 del Mint basado en Debian, el LMDE 5).
Y también tengo, en otro hueco de unas 20 GB, un Debian en entorno KDE (o sea, Plasma)… pero, reconociendo los buenos avances de este entorno, no me acabo de ‘enganchar’ a él, y adoptarlo, se ve que soy ‘gnomista’ de toda la vida… y como cada vez estoy más integrado con su ‘fork’ Cinnamon, es otro campo en el que ya creo que tampoco hay vida (interesante…) detrás de él, y posiblemente lo acabaré desinstalando.

Bien pero… ¿Y entonces…?
Pues lo dicho, que me he convertido en un ‘stable’ (o como mucho… un ‘testing’) usuario de Linux mucho más cerca de lo pragmático que de lo ‘friki’ (entendiéndolo como ‘experimental’).
Y que, incluso, tengo perfectamente claro qué aplicaciones (programas y herramientas) necesito, y para qué las uso, de manera que mis incursiones por nuevas experiencias se dirigen, básicamente, a (quizás) instalar algún pequeño paquete (como herramienta recomendable) y a buscar aplicaciones en formato AppImage (esto es, para tenerlas en plan ‘portable’, sin llegar a instalar, ya que las usaría, normalmente, de modo eventual)… y, desde luego, huir como de la peste de los nuevos paquetes snaps y flatpaks que se nos quiere imponer (sobre todo desde Ubuntu) y que no hacen sino meter ‘paquetes duplicados’ en nuestro sistema.

El caso es que… ¿Y para qué cuento yo todo esto…? Pues no se, pero me lo pedía el cuerpo, quizas porque mis ritmos circadianos estén bajos, quizás como justificación de lo abandonado que tengo este blog… o quizás porque, efectivamente (‘sic transit gloria mundi’…) todo tiene un final, o una salida del primer plano… y hay que reconocerlo.

2 comentarios:

  1. En mi opinión, Linux se ha convertido en una herramienta perfectamente madura, estable y adecuada para el usuario normal. Antes el simple hecho de instalar una webcam era toda una aventura, ahora, es sencillo y cómodo.
    Así que una vez pasado "el subidón" de conocer un nuevo mundo y con todas las necesidades bien cubiertas, es normal que ya no nos llame tanto la atención el explorar.
    No es que ya no tengamos ansia de conocer, es que ya conocemos lo que queríamos o necesitábamos, y las novedades ya no son tan sabrosas.

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